sábado, 11 de mayo de 2013



                            Una opinión, un corazón, un artista.


Cada día que transcurre pienso que la sociedad, así como cada persona en su intimidad, parece perder el interés por la vida o por el progreso de uno mismo y, por encima de todo, las ganas de vivir. Es decir: la falta de ganas por alcanzar un sueño. 
Si cada sueño nos muestra una realidad que nunca llegaremos a vivir, la misma realidad nos muestra los anhelos que pudimos llevar a cabo. No sé cómo explicar de una manera más clara que los sueños, sueños son, y que las acciones que compartimos tan amablemente cada día los hacen más permanentes. Pese a esto, un sueño puede tener matices que con un mínimo de interés o esfuerzo podrían lograrse y, con suerte, llegar a hacerse realidad. Pero no es el caso. Como bien he dicho, la sociedad se degrada, se limita a sí misma y comienza a deteriorarse. 
Todo esto me hace llegar a la conclusión de  que no hay oportunidades, que cada día es un segundo, un minuto y una hora más que perdemos intentando soñar qué queremos realmente. Inútil, sí, pero hasta donde me alcanza la memoria los sueños han sido siempre el alimento de la vida, el sustento de los pobres y el tema de conversación de pedantes e inmerecidos burgueses.
Como bien he dicho, la vida está en declive, sin embargo, y siendo sincero, creo que lo que realmente le da sentido y un una pizca de atractivo a la misma son los artistas, incansables seres que con un mínimo de esperanza  y otro tanto de imaginación hacen de la vida un lugar mejor (o al menos menos vacío); nos dan opiniones y nos muestran sus ilusiones, que tan amablemente recogemos y  despectivamente criticamos. Pero así  es la vida, un cúmulo de acciones que nos dan la oportunidad de saber hacia dónde ir, a dónde mirar o qué construir, ya sea una familia o un trabajo que nos dé paz, o bien el reconocimiento por una buena acción que nos haga sentir que formamos parte del mundo, o del de los demás.
Un  artista es una persona que simplemente crea algo que le gusta a alguien, ese alguien lo transmite y, de repente, alguien se transforma en muchos. Eso es lo que provoca el arte. El arte nos une a todos tanto como nos distancia. Pero siento que se está perdiendo, que perdemos el arte, las opiniones y  malgastamos el talento. Hoy en día ya no surgen grandes escritores, o quizá sí, y lo que ocurre es que hay tanta demanda de artistas que cuesta destacar, y por lo tanto dar un opinión veraz y pura que absorba las demás. 
Yo no quiero ser pintor, no quiero ser cantante, ni fotógrafo ni actor, tampoco quiero ser músico, quiero ser artista. Pero no sé lo que eso significa. 

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